“A través de la historia, el nombre de Mecenas se ha convertido en equivalente a patrono generoso, adinerado y persona ilustrada en las artes”.
Mecenas en el jardín de su mansión de Esquilino, detalle, óleo de C.F. Jalabert, siglo XIX. Museo de Bellas Artes, Nimes.
Cayo Cilnius Mecenas nació el 15 de abril del 68 aC., y falleció el año 8 a.C. Asesoraba políticamente a Octavio, quien que se convertiría en el primer emperador de Roma como César Augusto. Mecenas protegió a la nueva generación de poetas entre los que destacaban Horacio y Virgilio. En este papel de protector de las artes llegó a servir como cuasi-ministro de cultura del emperador.
Su fortuna puede haber sido en parte heredada, pero su estrecha relación con el emperador Augusto fue la que le otorgó su importante posición e influencia. Fue considerado por sus coetáneos como un hombre extremadamente capaz en diplomacia y administración del Estado. Se considera que su patronazgo de las artes no fue ejercida por vanidad o solo por ser diletante de las letras, sino con miras a los intereses superiores del Estado.
Mecenas, además de a los grandes poetas como Horacio y Virgilio, también dio apoyo a los considerados poetas menores como Propertius, Varius Rufus, Plotius Tucca, Valgius Rufus y Domitius Marsus. Su gran encanto en la relación con el círculo de artistas de los que se había rodeado, residía en su sencillez, cordialidad y sinceridad.
Su lujosa residencia situada en la colina del Esquilino contenía terrazas, jardines y bibliotecas. A su muerte, la residencia se convirtió en propiedad imperial y, el emperador Tiberio vivió allí a su regreso a Roma en 2 AD.
Horacio leyendo a Mecenas sus sátiras, óleo de Fedor Andreevich Bronnikov
En la recepción de la residencia de Mecenas, óleo de Stefan Bakałowicz
Reconstrucción de Villa Mecenas en Tivoli, Italia, 1713