MUSEO DEL RELOJ ANTIGUO GRASSY

Country: Spain
City: Madrid
Museum/Gallery: Museo Grassy

 

Retrato-de-May-Ruiz_Troncoso-BN_2
por MAY RUIZ TRONCOSO
[email protected]


EL MUSEO DEL RELOJ ANTIGUO DE GRASSY 

Cuando el tiempo se convierte en arte

Museo-Grassy-header

La historia de la relojería tiene un santuario en la Gran vía de Madrid,
en el Museo del reloj antiguo de Grassy, un rincón cargado de historia, donde podemos admirar una de las colecciones de relojes más importantes de España que ha ido creciendo a lo largo de las décadas del siglo XX, de mano de esta familia de relojeros y joyeros que agregó un  broche de oro a su negocio con la creación de este museo.
Más de 200 relojes se exponen en el corazón de este negocio familiar que continúa hoy en día creciendo, creando y dando vida a nuevas formas de arte en el mundo de la relojería y la joyería.


LA COLECCIÓN

Reloj autómata suizo. Jaula de pájaros
por F. Nicole. Principios S. XIX. 37x34x15 cm. Nº Inv. P.O. 233

11 Reloj automata suizo. Jaula de pajaros por F. Nicole. Principios S. XIX. 37x34x15 cm. Nº Inv. P.O. 233
Foto: David Reznak. Museo del Reloj Antiguo-Grassy 

    El deseo de reunir relojes surge en el mismo momento en que este objeto pasa de ser una simple maquinaria a tener una forma atrayente. Podemos situar este inicio en el siglo XVI, cuando el hombre advierte su ansia por todo lo que compone su mundo real, y el afán científico acompaña al instintivo placer , aunándose para dar como  resultado bellas obras muy apreciadas por los reyes y altas jerarquías.
    Los poderosos se interesan por el objeto suntuario raro y por el espectáculo insólito y maravilloso de los autómatas. Todo aquel que puede lograr uno de estos  mecanismos, último grito de la técnica y la moda, se siente tan orgulloso de él, que lo exhibe.

Regulador astronómico alemán. Circa 1850
202x49x27 cm. Nº Inv. P.O. 270

12_Regulador astronomico aleman. Circa 1850. 202x49x27 cm.  Nº Inv. P.O. 270
Foto: David Reznak. Museo del Reloj Antiguo-Grassy 

    Todos sabemos que con la Revolución Industrial y el inicio del capitalismo da lugar al surgimiento de la nueva clase social, la burguesía, que utiliza a los marchantes y los salones de exposición para adquirir arte y disfrutarlo en privado. Se basa en gustos personales. Así se crean colecciones como las de Lázaro Galdiano, Cerralbo, Vega‐Inclán, Cambó… En El siglo XX, empresarios como Pérez de Olaguer-Feliú, Alexandre Grassy, José María Ruiz Mateos, los Bancos y las Fundaciones son los protectores y mecenas del arte, ante una política que se inhibe. Compran objetos de arte, crean colecciones, como símbolo de prestigio, como inversión, emitiendo un mensaje de reputación y poder, definitivamente, pero eso sí, lo abren al público para apoyar la difusión de la cultura: editan catálogos, hacen exposiciones y, en definitiva, enriquecen el patrimonio cultural con obras, como en este caso: especiales.

    La colección de Relojes Antiguos de Grassy se inició con la adquisición de una parte importante de la colección que creó Francisco Pérez de Olaguer Feliú en Barcelona. Este empresario catalán reunió piezas selectas procedentes de varias colecciones famosas, desaparecidas y otros ejemplares dispersos de diversas procedencias. Contenía relojes alemanes del siglo XVI, una nutrida colección de relojes de sol portátiles, relojes de bolsillo, así como relojes franceses, ingleses y suizos desde el XVII al XIX, y complicados autómatas muy atractivos para el aficionado al coleccionismo de relojes. Por supuesto, nombres de relojeros y artistas famosos firman  algunos de estos ejemplares: Jacques Droz, el sevillano Juan del Pozo,…

    Según Daniel Barquero, durante la Guerra Civil española se destruyeron parte de las piezas. Otros autores opinan que la colección se disgregó tras el fallecimiento de su creador. Luis Monreal y Tejada publicó un artículo en la revista Precisión de 1954, con un amplio reportaje fotográfico de ejemplares valiosos y raros.

La Colección Grassy tiene importantes peculiaridades
que la hacen especial.
Destaca por varios elementos:

1. La variedad de su contenido. Contiene relojes de diferentes nacionalidades. Los más antiguos son los alemanes, siglo XVI, que aún recuerdan los relojes de torre. Hay ejemplares de una gran categoría en diseño y ejecución.
    El conjunto más numeroso es el francés, el 60% de la colección, donde podemos disfrutar desde el reloj Luis XIV del siglo XVII, con carey y bronces, pasando por un magnífico Luis XV, varias piezas maestras Luis XVI, los importantes género del Directorio con Au bone Negre y la serie de los continentes y, por supuesto los magníficos relojes Imperio y su continuación estilística en el estilo Carlos X.
    El exotismo viene de los especiales relojes japoneses con numeración tradicional que provoca gran sorpresa en las visitas, por las características tan diferentes de éstos. Pero no faltan relojes procedentes de Holanda, Austria, los bracket o longcase ingleses, relojes de bolsillo suizos y chinos. 

Reloj de pared autómata en hierro y madera policromada
Holandés. Siglo XVIII. Medidas: 70x30x15 cm. Nº Inv. R.A. 065

13_Reloj de pared autómata en hierro y madera policromada. Holandés. Siglo XVIII. Medidas 70 x 30 cm. Nº Inv. R.A. 065
Foto: May Ruiz

2. Piezas raras y únicas, verdaderas joyas. Como el reloj chino de Guangzhou. La antigüedad y belleza de este reloj de bronce dorado, pedrería y esmalte lo convierten en uno de los relojes más impresionantes que jamás se hayan fabricado. Realizado hace más de 200 años en China, durante el período Qianlong (1763 – 1795), este exquisito reloj no solo ha superado la prueba del tiempo sino que su intricado diseño incluye autómatas además de música. En el cuerpo inferior, cuyos frentes son de cristal, se desarrolla, en una cara una escena campestre y en la otra una escena fluvial, con autómatas en movimiento. Dos figuras chinas se mueven continuamente en un fondo de peces que saltan y flores pintadas, y son complementadas por el sonido de campanas, con varias melodías, y el canto de pájaros.
La esfera va flanqueada por pináculos, y un rosetón la corona,  en forma de doble estrella, flanqueado por dos aves orientales. Está diseñado para ser visto por todas sus caras y colocar en el centro de una sala. En 2008 se vendió un reloj similar, procedente de los talleres de Guangzhou en la escalofriante suma de 3,7 millones de euros.

Gran reloj de sobremesa de Guangzhou. (1765-1790)
Medidas 85x36x25.5 cm. Nº inv. R.A. 358

14_Gran reloj de sobremesa de Guangzhou. (1765-1790) Medidas 85x36x25.5 cm. Nº inv. R.A. 358
Foto: David Reznak. Museo del Reloj Antiguo-Grassy

Detalle del reloj de Guangzhou

15 Detalle del reloj de Guangzhou
Foto: May Ruiz

3. Una colección de autómatas y semiautómatas. Desde el Renacimiento se desarrolla un interés por los objetos mecánicos que provoquen el asombro, acompañados de bellas melodías diseñados para deleitar los ojos y oídos de la élite.
    En el siglo XVIII, los autómatas plantearon otras cuestiones científicas y filosóficas, como la diferencia entre las máquinas y los seres vivos, y lo que eso significaba para la religión. Pero siempre responde a la fascinación  por la magia y lo maravilloso.
    En definitiva, los autómatas combinaban la tecnología con el atractivo popular, imitando los movimientos de los animales y las personas: carros mecánicos, elefantes que movían su tronco, ojos y cola; paisajes de todo tipo; músicos… cada vez con movimientos más complicados.

El Mono, autómata, manufactura de Nuremberg
Circa 1580-1590. Medidas: 30,5x25x22 cm. Nº Inv. P.O. 219

Reloj alemán de sobremesa autómata, del siglo XVI, realizado en bronce dorado, cincelado y policromado. La peana ovalada donde se aloja la máquina de hierro sirve de soporte a las dos figuras autómatas y a la esfera del reloj.

16_El Mono. Circa 1580-1590, manufactura de Nuremberg Medidas 30,5 x 25 x 22 cm. Nº Inv. P.O. 219
Foto: David Reznak. Museo del Reloj Antiguo-Grassy

    El mono mueve los ojos al compás del péndulo. Con el paso de las horas abre la boca, alza la mano para mirarse al espejo y el paje levanta la vara. Sobre la superficie de la peana hay 3 discos con cifras y agujas para los cuartos y la sonería, además de una manecilla para repetición de sonería a voluntad. La esfera va alojada en el escudo, con decoración de roleos y cartelas y dos rostros de  guerreros. 

El Carrusel. Reloj francés, autómata
Circa 1805. 54,5×23,5×18 cm. Nº Inv. R.A. 643

Reloj francés de sobremesa autómata en bronce dorado, realizado por Vaillan, alrededor de 1805. Imita el movimiento de un carrusel de feria con tres niños sentados sobre cisnes, jugando a traspasar un aro con una varilla. El ejemplar es de base octogonal, jugando con el contraste del bronce dorado y pavonado. Se decora con elementos orientalizantes: palmetas y grifos.

18_Carrusel. Reloj frances de sobremesa automata en bronce dorado por Vaillan. Circa 1805. 54,5 x 23,5 x 18 cm. Nº Inv. R.A. 643
Foto: David Reznak. Museo del Reloj Antiguo-Grassy

4. Piezas de importante valor histórico. Como el reloj autómata, en forma de ánfora, procedente de la subasta de bienes de la emperatriz Eugenia de Montijo, la cual tuvo que vender gran parte de sus joyas y objetos valiosos para afrontar el exilio en Inglaterra.  
    Es un reloj francés estilo Imperio, realizado en torno a 1800, de bronce dorado al mercurio, es decir, con ormulú. En el cuerpo del ánfora hay dos ventanas circulares: la superior marca la hora en la doble esfera giratoria; y en la inferior se desliza un medallón esmaltado que da paso a un pequeño pájaro que mueve las alas y el pico. En la maquinaria se ha creado un carrillón de 8 melodías diferentes.

Ánfora. Reloj francés, autómata
Circa 1800. 60x32x20 cm. Nº Inv. P.O. 090

20_Anfora. Reloj frances, automata Circa 1800. 60 x 32 x 20 cm. Nº Inv. P.O. 090
Foto: David Reznak. Museo del Reloj Antiguo-Grassy

5. Desarrollo científico. El interés por las curiosidades mecánicas evolucionó con el pensamiento racionalista y se desarrolla un interés científico, donde la tecnología importaba mucho. Se pone gran énfasis en la información astronómica, con una representación animada del sistema solar.

Planetario Francés 
Principios del s.XIX. Medidas: 176x70x70 cm. Nº inv. R.A. 277

22_Planetario-Frances-por-Raingo.-Principios-del-S.XIX. Medidas_176-x-70-x-70-cm.-N--inv-R.A.-277
Foto: David Reznak. Museo del Reloj Antiguo-Grassy

   Realizado en bronce y madera. Cincelado, dorado y patinado. Es un reloj astronómico con tres mecanismos que deben funcionar sincronizados: uno para la rotación de la tierra, la luna y el sol, otro para las horas y el tercero para la sonería. El órgano de cilindro se aloja en la caja de caoba. Es un instrumento mecánico compuesto por fuelles, un rodillo con púas y unos tubos de metal. Se pone en funcionamiento al girar la manivela que hay en el exterior de la caja. Tiene calendario perpetuo y los signos del zodiaco, además de mostrar las fases de la luna, el periodo de declinación aproximado del sol y la  línea aproximada de la aurora y del ocaso en el hemisferio norte. 

    Está firmado Raingo à Tournay. Zacharie Raingo fue un relojero francés del s.XIX especializado en la construcción de planetarios. Se realizaban en primer lugar en bronce y años después en madera.
    Los planetarios están montados con un mecanismo de rotación de las esferas para mostrar las proporciones, posiciones y trayectorias de los cuerpos celestes. En 1810, presentó una patente para un “reloj de esfera móvil” sobre el que publicó un opúsculo en 1823.
    En 1823, Zacharie Raingo fue nombrado Relojero Mecánico de S.S.H. Monseñor el Duque de Chartres (futuro Rey Luis Felipe) y al año siguiente Relojero Mecánico de la Garde-Meuble de la Couronne. El rey de Inglaterra Jorge IV adquiere un planetario en 1824 por 300 guineas que está ahora en el castillo de Windsor.

Detalle del Planetario Francés

23_Detalle-del-Planetario-Frances
Foto: David Reznak. Museo del Reloj Antiguo-Grassy

   
6. Piezas exquisitas en su diseño y ejecución. Las 3 Gracias, reloj francés Imperio de bronce dorado, ejecutado por el famoso broncista Thomire, basándose en un modelo diseñado por el escultor Antoine Denis Chaudet. De hecho, hay un ejemplar exacto en biscuit de Sevres en la Malmaison, cuya máquina está fabricada por Lepaute y está fechado hacia 1817.
    En la mitología griega las Khárites son diosas que personifican la vida en toda su plenitud y más específicamente la seducción, la belleza, la creatividad humana y la fecundidad.

Las 3 Gracias. Reloj tournant
Medidas: 78×27 cm. Nº Inventario R.A. 574

24_Las-3-Gracias.-Reloj-tournant-de-bronce-dorado-por-el-broncista-Thomire. Medidas_78x27-cm.-N-Inventario-R.A
Foto: David Reznak. Museo del Reloj Antiguo-Grassy

24_Las-tres-Gracias-detail-3


Detalle de las 3 Gracias. 
La escultura se apoya sobre una peana de mármol verde y en la base de las tres figuras, una pequeña ventana indica la hora en una esfera giratoria.

Foto
May Ruiz

 

Detalle de las 3 Gracias

25_Las-tres-gracias-detail-1
Foto: May Ruiz

7. Maestros de primera fila. En este museo podemos admirar ejemplares de relojeros alemanes del siglo XVII como David Buschman, en Augsburgo o Jacobo Gerke. Los relojeros franceses más afamados del siglo XVIII están presentes en esta colección: Julien Leroy, Jean André Lepaute o Francois Ageron (relojeros de Luis XV); Charles Baltazar (conocido por ser el relojero de Mesdames, el nombre con el que denominaban a las hijas del Rey Luis XV); Causard (relojero de Luis XVI);  Robert Robin (relojero de la reina María Antonieta);  Zacharie Joseph Raingo (de origen belga, relojero del Rey Luis Felipe).
    Y a ello se añaden los broncistas de mayor reputación como Jean Joseph de Saint Germain que trabajó con los mejores relojeros, y Thomire, el autor del magnífico reloj Las Tres gracias, una auténtica obra de arte en cada uno de sus detalles.
    En pintura, podemos admirar la maestría del pintor y esmaltador Jean Coteau, que trabajó en la fábrica de Sevres.
    Y en tecnología, tenemos un curioso reloj de sol creado por el conocido óptico Charles-Louis Chevalier, ya adentrados en el siglo XIX.

Reloj de Sobremesa francés, finales del s. XVIII
 de transición al Imperio. Medidas 68x56x18 cm. Nº Inv. RA 276

27_Reloj de sobremesa de pendulo compensado con hora universal, termómetro y barometro por Jean Andre Lepaute. Finales del s. XVIII. Medidas 68 x 56 x 18 cm.
Foto: David Reznak. Museo del Reloj Antiguo-Grassy

    Está realizado en bronce dorado y patinado sobre base de mármol verde antico. La esfera izquierda muestra los signos del zodiaco en esmalte a fuego y la esfera derecha reproduce la hora universal. En las columnas se aloja un termómetro Reaumur y  un barómetro. Y en la parte superior, un Higrómetro, para el control de la humedad. Está firmado por  Lepaute, Horloger du Roi en los lados.

28_Firma-de-Lepaute Jean André Lepaute (1720-1789) fue el fundador de una dinastía de relojeros franceses. Fue una eminencia como relojero de París, alcanzando la maestría en 1759 y llegó a ser relojero del Rey. Construyó relojes-torre y relojes para el Louvre, hizo muchos ejemplares curiosos y fue el autor de un excelente tratado de relojería y de otras publicaciones. En 1753 construyó para el Palacio de Luxemburgo el primer reloj horizontal que se vio en París. La mayor parte de los relojes de los edificios públicos que hay en París son obra de Lepaute.
    Fue un innovador: creó el escape de rueda de espigas, un mecanismo para la esfera giratoria, autor de un tratado de relojería. Construyó relojes-torre y creó muchos ejemplares curiosos. Tiene relojes en los museos más importantes: Victoria and Albert, colección Wallace, Escuela Militar de París


Reloj de chimenea musical francés,  Luis XV
por Gille L’Ainé y el broncista Jean-Joseph de Saint Germain 
Circa 1750, Medidas: 68x38x23 cm. Nº Inv. RA 641

29_Reloj de chimenea musical francés,  Luis XV por Gille L’Ainé y el broncista Jean-Joseph de Saint Germain. Circa 1750, Medidas 68x38x23 cm. Nº Inv. RA 641
Foto: David Reznak. Museo del Reloj Antiguo-Grassy

    Obra del famoso broncista Jean-Joseph de Saint Germain. Destaca por su finísima caja de bronce dorado y sus equilibradas proporciones. Su diseño rococó muestra un movimiento del follaje suave y desenfadado, con motivos ondulados y guirnaldas de flores. Se completa con un enrejado formado por pequeñas flores contrastando con el rojo del fondo. Se alza sobre cuatro pies de motivo vegetal. Representa una alegoría de la Música, personificada por tres amorcillos en un diseño triangular, acompañados por un violín, una trompeta, un tambor, y una partitura. La esfera es de esmalte blanco, circular y plana con numeración romana para las horas y arábigas para los minutos. Las agujas están finamente perforadas.

30_Retrato de Jean-Joseph de Saint Germain (1719-1791). Anónimo, circa 1790. Colección privada

Jean-Joseph de Saint Germain (Paris 1719-1791)  fue probablemente, el parisino más renombrado de mediados del siglo XVIII. Alcanzó la maestría como maestro de fundición en tierra y arena en 1746.
    Se hizo famoso por sus numerosas cajas de relojes como su Diana Cazadora (un ejemplo se encuentra en el Museo del Louvre), el reloj sostenido por dos chinos (un ejemplo similar se encuentra en el Museo de Artes Decorativas de Lyon), así como varios relojes basados en temas de animales, incluyendo relojes de elefante y rinoceronte (un ejemplo en el Museo del Louvre).
    A principios de la década de 1760 desempeñó un papel importante en la renovación de las artes decorativas francesas y en el desarrollo del estilo Neoclásico. Tuvo una amplia producción de relojes y de otros objetos decorativos en bronce y una importante clientela de la nobleza y alta burguesía parisina. Para darse a conocer, publicó este curioso folleto: “Saint-Germain, maestro de fundición, tallador y modelador fabricó y vende todo tipo de cajas de oro marrón o de color oro molido, como bronce, adornos de tocador, brazos de chimenea de varios brazos, parrillas, antorchas, candelabros, coronas, cajas de relojes, carteles de todo tipo, campanas y carillones, elefantes [sic], león, toro y otros, hace diseños de cera, todo a un precio justo.”

Reloj francés Luis XVI, por Robin. Circa 1795
Medidas: 56x66x16,5 cm. Nº Inv. R.A. 516

31_Reloj francés Luis XVI, por Robin. Circa 1795 Medidas 56 x 66 x 16,5 cm. Nº Inv. R.A. 516
Foto: David Reznak. Museo del Reloj Antiguo-Grassy

    En bronce dorado y porcelana de Sevres, con base de mármol rojo, de una gran elegancia y perfección en sus figuras y decoración. Nos presenta una composición triangular, típica del estilo Luis XVI, en cuyo centro se eleva la máquina inscrita en una figura octogonal y a ambos lados se representa una escena de esclavas semidesnudas con putti realizadas en biscuit blanco. 
    La decoración es delicada y espléndida, aunando elementos orientales, como las esfinges y los grifos que sustentan los diferentes cuerpos, complementándose con medallones de esmalte, guirnaldas de flores, abejas, ovas, coronas de laurel…
    Lleva una máquina parís, de dos cubos con sonería de campanas y esfera circular y plana, con numeración romana para las horas y arábiga para los minutos. Las agujas son sencillas y elegantes Va firmado por Robin Aux Galeries Du Louvre.

    Robert Robin fue relojero de Luis XV y María Antonieta. Inventó un reloj decimal y nuevos escapes, como podemos ver en el reloj esqueleto del Palacio del Tiempo, en Jerez. También escribió tratados de relojería. Sus obras pueden contemplarse en el Museo del Louvre, El Victoria and Albert Museum, o el Museo de Artes Decorativas de Paris.


Otros relojes interesantes procedentes de

Alemania, Japón, Inglaterra y Francia

Relojes Alemanes 

    Los relojes alemanes comienzan a despuntar a finales del siglo XV, una época fecunda en perfeccionamiento tanto decorativo como mecánico. Aparece la aguja móvil, los ornamentos son ligeros, armoniosos, elegantes, reflejo de la nueva vida y sociedad del Renacimiento. Y al llegar el siglo XVI,  la fabricación de relojes toma impulso y los artesanos se organizan en talleres que llegan a alcanzar un enorme desarrollo. Surgen los centros relojeros más renombrados: Nuremberg y Augsburgo.
    Precisamente los relojes alemanes son las piezas más antiguas del museo de Grassy. Son relojes de sobremesa en los que podemos ir viendo su evolución. No sabría decir cual de ellos es más interesante, aunque claro, todo el mundo se decanta por el mono autómata. ¿con cual se quedaría el lector?

Reloj Torre del siglo XVI 
Medidas 16.5x9x9 cm. Nº Inv. PO 027

33_Reloj Torre del siglo XVI by David Buschman Medidas 16.5 x 9 cm. N Inv. PO 027
Foto: David Reznak. Museo del Reloj Antiguo-Grassy 

  Reloj en bronce dorado. Imita la estructura de los enormes relojes que coronan las torres, rematado por una cúpula que es la campana para la sonería. La maquinaria es de hierro con esfera compuesta por anillo de horas en numeración romana. Y una sola aguja. Todas sus caras están decoradas con grabados. En la principal se representa el Ave Fénix. En la cara opuesta, un amorcillo con una calavera en la mano. En las  laterales, una Venus con un Cupido que le dispara una flecha, y en la otra David con la cabeza de Goliat. Es una alegoría del paso del tiempo, de la muerte momento a momento.

    33-Memento-MoriMemento mori recuerda que vas a morir estaba relacionada con la idea de que todo es vanidad (vanitas), la idea que se expresa en el Eclesiastés. Vanitas y memento mori se complementan, recuerda que esta vida es vana, que es pasajera e impermanente, y que la muerte siempre debemos tenerla presente. Así el Ave Fenix que renace de sus cenizas, el invencible Goliat que muere a manos de un joven inexperto, la calavera y la herida mortal del amor.
    En la esfera podemos leer la siguiente frase: Eine von dies en wird deine letzte seinPodríamos traducirla por la frase: “Uno de estos será el último”. Igualmente, se refiere a la muerte.

Reloj alemán. S. XVI por David Buschman
Medidas 8x11x11 cm. Nº inv. P.O. 051

34_Reloj alemán de sobremesa horizontal en bronce dorado por David Buschman. S. XVI. Medidas 11x 11 cm. Nº  inv. P.O. 051 
Foto: David Reznak. Museo del Reloj Antiguo-Grassy

    Reloj alemán de Sobremesa horizontal, de mediados del siglo XVII, en bronce dorado y cincelado. Es de base cuadrada, dentro del modelo denominado “ tambor”, con maquinaria de foliot. En la cara superior se halla la  esfera, en  plata, con números romanos para las horas y árabes para los minutos, de cinco en cinco. Firmado, en la platin por David Buschman Augsburg.
    David Buschman (1626–1701) pertenecía a una destacada familia de relojeros que trabajaron en Augsburgo en los siglos XVI y XVII.


Reloj de Sobremesa horizontal, 1660, por Jacobi Ger
 Medidas: 9 x14.5 cm. Nº inv. PO 059

35_Reloj de Sobremesa horizontal, 1660, por Jacobi Ger Medidas 9 x 14.5 cm. Nº inv. PO 059
Foto: David Reznak. Museo del Reloj Antiguo-Grassy

    En Bronce dorado por Jacobus Gerke y grabado. Tiene forma hexagonal y está sostenido por seis pies que son figuras de bustos de guerreros. En la cara superior se halla la esfera, en plata, con agujas de acero. Las caras laterales se cubren con cristal para que se pueda ver la maquinaria.
    La máquina lleva despertador, lo cual indica su ubicación y uso.
    Firmado, en la platina, Jacobi Ger. Anno Do 16,6.

Relojes japoneses

    Los relojes mecánicos europeos y sus técnicas de producción fueron llevados por primera vez al Japón con el cristianismo a finales del período Muromachi (siglo XVI). Precisamente el reloj más antiguo que queda en Japón se conserva como un tesoro en el Santuario Kunouzan Toshogu.

    Es un un reloj de Hans de Avalos, de sobremesa, en forma de templo, que fue regalado a Tokugawa Leyasu en 1612 por el rey Felipe III. A medida que el cristianismo se extendía en Japón, los misioneros establecieron escuelas vocacionales en las que se impartían conocimientos sobre temas tan variados como: técnicas de impresión, instrumentos astronómicos y la producción de relojes.
    Los herreros japoneses fabricaron relojes bajo la dirección de estas escuelas, lo que dio lugar a la primera producción de relojes mecánicos en Japón.
Los lugares de producción de relojes tradicionales japoneses incluían, principalmente, Nagasaki, Kyoto, Osaka y Edo. Sin embargo, el gobierno prohibió el cristianismo y bloqueó el flujo de nueva tecnología desde Europa, lo que también afectó a la producción de relojes tradicionales japoneses, cuya evolución técnica fue muy lenta. Los fabricantes de relojes fueron aumentando gradualmente en todo el país, y muchos de ellos trabajaban como relojeros personales para la familia del shogunato y los señores feudales.
    Los relojeros japoneses se centraron en la creatividad y la originalidad para ajustarse al sistema horario temporal único del país. Esto dio como resultado el desarrollo de unos relojes tradicionales japoneses únicos.

Reloj japonés del periodo Edo. Finales del s. XVIII
Medidas: 57x7x5 cm. Nº Inv. R.A. 301
Fotos: David Reznak. Museo del Reloj Antiguo-Grassy

 

 

37_Maquina de Reloj japones del periodo Edo Finales del S. XVIII. Nº Inv. R.A. 301

¿Y cómo era ese sistema de horas?
    En el Periodo Edo, las normas de tiempo se definieron con la salida del sol y la puesta del sol, seis horas de día y seis horas de noche, claro que esto se complicaba con los cambios de estaciones, en las que se podían alargar los días o las noches.
    Hay varios tipos de relojes tradicionales japoneses: el reloj linterna, el reloj de sobremesa, de bolsillo,… pero el que nos interesa ahora es el reloj de pared denominado Shaku Dokei o reloj de pilar japonés, de cuya tipología hay varios ejemplares en esta colección.
    El reloj de Pilar japonés, así denominado por su forma alargada,  es un reloj de pared formado por una caja prismática de madera y cristal donde se aloja la maquinaria que descansa sobre cuatro columnillas torneadas de bronce. La maquinaria lleva una placa frontal perforada y grabada y escape de paleta regulado por un péndulo corto

Máquina de Reloj japonés
del periodo Edo
Finales del s. XVIII. Nº Inv. R.A. 301

 

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Detalle

    La parte inferior es otra caja más larga que aloja la pesa y la maquinaria de la sonería. La llave para dar cuerda se guarda en el cajoncito de la parte inferior. Al frente se observa una escala con marcadores móviles.
    Son unas  placas romboidales indican las horas y pueden ser movibles para medir el tiempo según la salida y la puesta de sol.
    La caja está lacada y adornada con una decoración floral, imitando taracea de limoncillo. Hasta 1873 continuó esta numeración horaria. En esa fecha Japón adoptó el sistema horario occidental de 24 horas.

 

 

Relojes ingleses     

    El reloj inglés se centra en fabricar maquinarias sólidas y precisas, y en desarrollar innovaciones tecnológicas, sin prestar apenas atención a la decoración exterior. La variedad y perfección, no solo de las cajas, sino también del movimiento, alcanza su auge en el siglo XVIII. Para las cajas, se utilizan maderas nobles: nogal, ébano y sobre todo caoba. Desde 1720  se importa la caoba en grandes cantidades, llegando a ser la madera favorita,  dando lugar a fantásticos ejemplares de ebanistería.

Reloj joya inglés de Sobremesa, por James Cox
Circa 1765. Medidas: 18×16,5×14 cm. Nº Inv. P.O.285

39_Reloj joya inglés de Sobremesa, por James Cox Circa 1765. Medidas 18x16,5x14 cm. Nº Inv. P.O.285
Foto: David Reznak. Museo del Reloj Antiguo-Grassy   

    Está realizado en bronce dorado y plaquetas de ágata. Se divide en tres cuerpos. El reloj, coronado por un pequeño dragón alado, forma el cuerpo superior.  El central es un rosetón de cristales imitando piedras preciosas, y el tercero, de mayor volumen, está sujetado por cuatro elefantes de bronce en cada una de sus esquinas. De  carácter oriental probablemente fabricado para un dignatario hindú. Alrededor de 1765.
    Es un trabajo del genial James Cox, joyero, relojero y orfebre británico del s.XVIII, célebre por la creación de autómatas y relojes mecánicos ingeniosos. Una de sus obras más famosas es el Reloj del Pavo Real que se conserva en el museo El Hermitage, en San Petersburgo.
    Su actividad fue muy importante para el comercio exterior británico, especialmente el Lejano Oriente, sobre todo India y China. Cox comenzó su carrera como “juguetero”, y en la década de 1760 se convirtió en empresario y comerciante, exportando la producción al Lejano Oriente.  De hecho,  la mayoría de las exposiciones de Cox habían sido diseñadas para satisfacer la demanda de curiosidades mecánicas por parte de las élites asiáticas, siguiendo la tradición de la música mecánica y los autómatas que se había desarrollado en la Europa del Renacimiento y que se extendió hacia el este a través de la actividad misionera y el comercio de relojes. Estos autómatas musicales profusamente decorados conservaron su atractivo popular. En Asia y especialmente en China, donde esos objetos eran en gran medida importaciones exóticas disponibles sólo para los ricos y poderosos.
    El mejor ejemplo de su producción puede admirarse hoy día en el Museo del Hermitage, en San Petersburgo. Se trata del famoso  Cisne de Plata que se encuentra en un “estanque” de varillas de vidrio en espiral que giran para simular el agua en movimiento, en el que nadan pequeños peces. Los movimientos del cuello y el pico del cisne son altamente realistas.

Bracket autómata inglés por Robert Weatherston
1770. Medidas: 90×53,5×39 cm. Nº Inv. R.A. 083

40_Bracket automata ingles por Robert Weatherston. 1770. Medidas 90 x 53,5 x 39 cm. N. Inv. R.A. 083
Foto: David Reznak. Museo del Reloj Antiguo-Grassy

    La caja es de madera con apliques de bronce. Tiene pequeña ventana que, al levantarse, deja  ver dos autómatas músicos y un personaje con una jarra de cerveza en la mano. Sonería para horas y medias con doce piezas de música sobre 16 campanas que funcionan cada 3 horas y tres autómatas que se mueven al ritmo de éstas. Firmado Robert Weatherston.

Reloj de carroza inglés por John Bittleston
Último tercio del s. XVIII. Medidas: 11×11 cm  Nº Inv. R.A. 322

41_Reloj de carroza ingles por John Bittleston. Ultimo tercio del s. XVIII. Medidas 11 x 11 cm N Inv. R.A. 322
Foto: May Ruiz

  Realizado en bronce dorado. Doble caja de metal con bisel de cristales pequeños que imitan piedras preciosas. Despertador con sonería, días de la semana y días del mes. Peana en madera tallada de tipo chinesco. Firmado: John Bittleston Nº1572, London. Trabajó en el 207 de High Holborn entre 1765 y 1794 y fue nombrado miembro de la Compañía de Relojeros en 1781. Era conocido por sus complicados relojes de bolsillo extra grandes y relojes de carruaje con pantallas y cajas adicionales para el mercado chino.

Bracket inglés, modelo top bell por Willian Creack
Mediados del siglo XVIII. Medidas 50x27x17 cm. Nº Inv. R.A. 478

42_Bracket ingles, modelo top bell por Willian Creack. Mediados del siglo XVIII. Medidas 50 x 27 x 17 cm. N Inv. R.A. 478
Foto: David Reznak. Museo del Reloj Antiguo-Grassy

    Bracket inglés. Caja de madera de ébano, modelo top bell. Destaca por la solidez y perfección de su mecanismo así como por su elegante y sobria decoración. Fue muy frecuente en época Victoriana. La máquina lleva la platina posterior de bronce grabada primorosamente. Movimiento a péndulo con sonería para horas. Firmado, en la esfera, William Creak London.
   William Creak. Fue un reconocido relojero , con una producción fundamentalmente de relojes de bolsillo. Hay ejemplares suyos en el Museo de Ciencias de Londres, en South Kensington.

Relojes franceses

     La relojería francesa basa su producción fundamente en el reloj de repisa o chimenea. Así pues, examinaremos la evolución del reloj francés a través del desarrollo de sus estilos, partiendo del estilo  Luis XIV, momento  con el que se inicia la colección que aquí se estudia.
    El punto crucial de la evolución se produce en la segunda mitad del siglo XVII, cuando el científico holandés Cristian Huygens, valiéndose de experiencias ya logradas por Galileo, aplica por primera vez el péndulo y el muelle de espiral. Y el reloj pasa a formar parte integrante del mobiliario. A ello contribuyen los dibujantes y arquitectos que diseñan los modelos, clasificados hoy como obras de arte en el Biblioteca Nacional de París; los ebanistas y marqueteros, hábiles ejecutores de los proyectos mencionados; los artesanos del metal y la pintura: broncistas, esmaltadores, ceramistas, ebanistas, escultores,  pintores… sin cuya labor manual no se habría alcanzado la enorme expansión que hasta hoy ha seguido teniendo la relojería.
    Hay una gran demanda, no solo procedente de la realeza o la nobleza civil y eclesiástica, sino también de los burgueses, atraídos por el lujo y el deseo de alcanzar una posición social que les equipare a la clase aristocrática.
    Se utilizan para ello los materiales más nobles: caoba y ébano, mármoles de Carrara, lapislázuli, concha de tortuga, cristal de roca, bellísimos esmaltes y en fin, bronces dorados para perfilar tan bellas formas dando vida a deliciosos conjuntos de personajes donde hay cabida para todos los temas, teniendo siempre las preferencias de cada estilo. Así, mientras que Luis XIV imprime el barroco majestuoso e imponente a las cajas, se pasa bruscamente al ligero y fácil Rococó del estilo Luis XV. Los ocho años de la Regencia del Duque de Orleans suponen la  transición de la decoración angulosa y la rigidez de líneas, propias del Luis XIV, a las líneas onduladas que progresivamente se van complicando hasta  llegar a  la  total asimetría de la Rocalla.
    A finales de siglo, bajo el reinado de Luis XVI surge tímidamente el Neoclasicismo. Y el periodo Directorio se recrea en la guerra y los héroes, llegando al estilo Imperio francés donde domina lo mitológico; es decir, la mayor variedad de formas que el Barroco imprime al arte se traducen en la relojería por una gran diversidad de elementos, temas y tipología que ya no son susceptibles de una clasificación escueta, sino dentro de cada escuela y estilo correspondiente. 

El estilo Luis  XV 

    29 Museo GrassyEs ligero, vivo, desordenado, pero siempre  gracioso. En este estilo, el horror de la línea recta y de la simetría  es lo predominante. La llegada de objetos del Extremo  Oriente y la apertura en París de la embajada turca, en 1721, van a influir igualmente sobre el carácter de su diseño.
    La peana es una bella composición de rocalla, donde los elementos tienden a la exageración con líneas  contorneadas al extremo.
    Estas exageraciones le han valido el calificativo de Rococó, en señal de desprecio por la simetría. Para los bronces es un periodo bellísimo. Curvas robustas en la base afinando a medida que se elevan, para convertirse en motivos más delicados alrededor de la esfera. Evocan una naturaleza muy rica.

Reloj-ánfora Luis XVI por Joseph Coteau
Circa 1780.  bronce dorado al mercurio y porcelana de Sevres.
Medidas 70×25,5×23 cm. Nº Inv. R.A. 497

47_Reloj-anfora frances en bronce dorado y porcelana de Sevres. Estilo Luis XV. Cica 1780. Medidas 70 x 25,5 x 23 cm. Nº Inv. R.A. 497Foto: David Reznak. Museo del Reloj Antiguo-Grassy

    Reloj-ánfora. Bellísimo ejemplar, estilizado y elegante, con una serpiente enroscada que se alza hasta la doble esfera giratoria y cuya lengua se remata en una espléndida flor de lis engarzada con cristal de roca. La porcelana está firmada por Joseph Coteau (1740-1812), pintor y esmaltador, era originario de Ginebra, pero trabajó principalmente  en París. Se convirtió en maestro en 1778 y de 1780 a 1884  trabajó en la Fábrica Real de Porcelana de Sevres.
    Joseph Coteau. Era especialista en esferas. Sus trabajos son verdaderas obras de arte. A la edad de 23 años fabricó la esfera de un reloj musical de Daille, relojero de Madame la Dauphine. Siempre  encontraremos su trabajo en las máquinas de los principales relojeros del momento: Robert Robin, Ferdinand Berthoud ambos relojeros de Luis XVI.
    También es conocido por haber decorado piezas de joyería. Su decoración más distintiva consiste en  frisos decorativos, con flores o elementos geométricos en diferentes colores, como en este caso, sobre fondo azul. Coteau experimentó con varios policromos, produciendo un azul tan raro y complejo que pocos o ninguno de sus contemporáneos lograron copiar. La técnica era muy compleja, debido a la contracción  durante la cocción. Para realzar las bandas, perfilaba los elementos con un delicado dorado, que tras la cocción daba  un acabado mate, y se bruñía posteriormente, para restaurar su brillo metálico. 
    Se pueden encontrar ejemplos de su obra en varios museos europeos, entre ellos el Mobilier National, Musee des Arts Decoratifs de París; el Carnavelet Museum, el Dijon Museum, y en Londres en la Wallace Collection y el Victoria and Albert Museum.

  El Estudio. Reloj francés Luis XVI por Julien Le Roi
Circa 1780. Medidas: 56x66x16,5 cm. Nº Inv. 655

50_Reloj frances Luis XVI por Julien Le Roi. Circa 1780. Medidas 56 x 66 x 16,5 cm

    El Estudio. Ejecutado entre 1782-1791 en bronce dorado y peana de mármol. Bella ejecución, en bronce pavonado, de las figuras protagonistas: un joven haciendo cálculos sobre una tablilla y una mujer leyendo un libro, ambos vestidos a la usanza griega, sentados y contrapuestos, dejando entre sus asientos lugar para una estela con un bonito  relieve.
    Este modelo es un diseño original de François Rémond. Fue inspirado por dos figuras, creadas en 1776 por el escultor Louis-Simon Boizot para la real fábrica de Sèvres, que representa a una niña leyendo y un joven escribiendo, conocidas respectivamente como “Estudio” y “Filosofía”.
    El zócalo de mármol blanco, se adorna con cabezas de Gorgona enmarcada en medallones y un friso con querubines que adoran al dios Cronos, representado por un rostro de anciano con barba. Corona el reloj un águila real. Toda la decoración está realizada con gran delicadeza y perfección.
    La máquina es de dos cubos con sonería de horas y medias. La esfera es circular y plana, con calendario mensual y los días de la semana. Las agujas son doradas, de cincelado muy fino y terminadas en la flor de lis y va firmada por Julien Le Roi, à Paris.
    Julien Le Roi. Estamos ante uno de los relojeros franceses más importantes del siglo XVIII.
Pertenece a la saga de la conocida familia Le Roy, encabezada por su padre Pierre Le Roy, con el que aprendió el oficio. Se dice que Julien a la edad de trece años ya había fabricado su propio reloj y llegó al grado de Maestro relojero en 1713 y más tarde relojero ordinario del Rey Luis XV, aunque no se marchó al Louvre, sino que siguió en su negocio en la rue de Harlay. Fue un innovador en los relojes monumentales, también en los mecanismos de repetición y en los movimientos de ecuación.

La Lección de Astronomía
Reloj francés estilo Luis XVI por Joseph-Charles-Paul Bertran 
Circa 1780. Medidas 48x63x24 cm. Nº Inv. 540

51_La Astronomia, reloj frances en bronce dorado. Estilo Luis XVI. Circa 1780. Medidas 48x63x24 cm.

    La Lección de Astronomía. Reloj francés de finales del estilo Luis XVI. Es de bronce dorado, y la escena nos muestra el interés de la sociedad del siglo XIX por los avances científicos, a través de la representación de una bella escultura femenina vestida con túnica que lee a un querubín un texto mientras éste hace unas mediciones sobre un planetario. El zócalo muestra unos amorcillos sobre nubes con instrumentos musicales. La esfera está formada por una anilla blanca esmaltada donde se han dibujado las horas, minutos, cuartos y calendario mensual, con cifras arábigas en rojo y negro. Las agujas doradas tienen un diseño romboidal, más cercano al estilo Directorio. Firmado en la esfera: Charles Bertrand.
    Joseph-Charles-Paul Bertran, (1746-1789), fue uno de los más importantes relojeros del reinado de Luis XVI, que llegó a ser maestro en 1772 y nombrado maestro relojero de la Academia de las Ciencias. Abrió taller en la Rue Montmatre. Hay ejemplares de este autor en el Metropolitan Museum de New York, Musée National des Techniques de París, y el Walters Arte Gallery en Baltimore.

América. Reloj francés de la serie Continentes
Circa 1790. Medidas : 47x37x16 cm. Nº Inv. R.A. 457

    52_Reloj Frances de la Serie Continentes. Estilo Directorio. Circa 1790. Medidas 45 x 37 x 16 cmEjemplar del tema Au Savage dedicado a los continentes, protagonizado por una legendaria guerrera de piel negra, vestida con faldellín de plumas, carcaj y collar, sentada con los pies apoyados sobre la cabeza de una tortuga y acompañada por una leona. En sus manos porta arco y flecha.
    Al final del Antiguo Régimen, más precisamente en la última década del siglo XVIII y en los primeros años del siglo siguiente, aparecen los primeros modelos de relojes conocidos como relojes “negros” o “salvajes”. Se hicieron eco de una corriente filosófica desarrollada por Jean-Jacques Rousseau y alimentada por obras literarias llenas de exotismo, donde se narran historias de amores con imágenes idealizadas de negros. En particular Paul et Virginie de Bernardin de Saint-Pierre, publicada en 1787, que describe la inocencia del hombre, Atala de Chateaubriand que restablece el ideal cristiano y sobre todo la obra maestra de Daniel Defoe publicada en 1719: Robinson Crusoe.
    El diseño original del reloj titulado “América”, fue registrado en el año XVII por el fundidor y broncista parisino Jean-Simon Deverberie (1764-1824).
    Jean-Simon Deverberie: fue uno de los más importantes herreros de bronce parisinos de finales del siglo XVIII y de los dos primeros decenios del siglo siguiente. Los artesanos hacen un uso estético de las pátinas contrastantes, oscuras para la piel de los nativos y doradas para los accesorios. Un juego que apenas apareció antes de la gran época del Directorio y del Imperio. El zócalo, de bronce pavonado, se decora con aplicaciones en bronce dorado: guirnaldas de flores y amorcillos jugando con arcos y flechas.

Reloj cañón por Charles-Louis Chevalier
Medidas 21×20 cm. Nº Inv. P.O. 15

    Reloj-solarEl reloj solar es el sistema más simple. Consiste en tomar la altura del sol midiendo el ángulo que forma una recta dirigida a él, con la horizontal. Evolucionó al reloj equinoccial que ya contemplaba la sombra que proyectaba un estilete, denominado “gnomon”, paralelo al eje terrestre.
    El más antiguo conocido en España apareció en las ruinas de Baelo Claudia. Está construido para una latitud 41º 30′. Este ejemplar es de base circular de mármol en cuya piedra está grabado  un semicírculo con numeración de horas. Desde las 7 hasta las 17. Sobre esta base se apoya un gnomon de bronce con arco triangular de 47º 25’ 53’’.
    El cañón de bronce va colocado entre dos cuartos de círculo con dos brazos que sobresalen por encima de los arcos y sujetan la lupa, con tornillos para orientarlo según el mes, ya que la  altura del sol va variando. El mecanismo está preparado para que a las 12 horas del mediodía, orientado hacia el Norte, cuando el rayo de sol pase por la lente, incida directamente sobre una pequeña carga de pólvora que se deposita sobre un pequeño orificio del cañón y se produce la detonación.

  En los Jardines del Palais Royal, en París, hay un pequeño cañón que está en un pedestal, y está rodeado por una barandilla. Todos los días está cargado con pólvora y guata, pero nadie en la tierra puede dispararlo. Sin embargo, muy lejos en el espacio, a noventa y tres millones de millas de nuestro mundo, está el gran y glorioso Sol, y cada día, a las doce en punto, dispara ese pequeño cañón.

56The meridian of the Palais Royal
The meridian of the Palais Royal. Aguatinta sobre papel. London, 1824. 22.5 x 30.2 cm.
Clark Art Institute’s Collection

Existe un ejemplar muy parecido del Reloj Cañón en El Palacio del Tiempo, Museo de Relojes de Jerez de la Frontera.

Esta es solo una pequeña muestra del Museo de Relojes Antiguos de Grassy,
un lugar donde el amante del arte querrá volver una vez lo conozca

ORÍGENES DEL MUSEO GRASSY

2--Alexandre-Grassy-_1894-1992_-fundador-de-la-joyeria_400WAlexandre Grassy  (1894-1992) nace en Argelia, hijo de una familia de orfebres procedentes de Milán. Era un joven decidido y ambicioso que,  en su afán  por viajar y abrirse a nuevas ideas, llega a Madrid donde decide abrir una relojería en 1929 con “La Unión Relojera Suiza”. Muy pronto se convirtió en el taller más importante de Madrid, donde llegaron a trabajar hasta 80 relojeros.

Alexandre Grassy  (1894-1992) fundador de la joyería
Foto: Museo del Reloj Antiguo Grassy



3 - Primer catalogo editado por Grassy. Museo permanente del Reloj Antiguo. Editorial Graficas madrilenas, 1953Alexandre
 es un amante de los relojes, los  autómatas y el arte, lo cual lo lleva a conocer y buscar en anticuarios y subastas las piezas más interesantes y bellas, con las cuales va creando una colección a lo largo de los años, convirtiéndola en Museo en 1953, en los sótanos de la relojería de Gran Vía 1. Desde entonces, y como dice la introducción al catálogo impreso de 1955, el objetivo de Alexandre Grassy es mantener el museo abierto al público para “poner al alcance de la gente aquello que puede contribuir a su recreo espiritual  y a su educación”. 
Un ideario propio del coleccionista novecentista que convierte al propietario en moderno Mecenas del arte, sin dejar de lado el prestigio que este museo da a la empresa.

Primer catálogo editado por Grassy. Museo permanente del Reloj Antiguo. Editorial Gráficas madrileñas, 1953

 

4_Jirka-Reznak-_1924-2020_-300WEn 1959, se incorpora a GRASSY su yerno, Jirka Reznak (1924-2020), dispuesto a aprenderlo todo sobre el negocio, de la mano de Alexandre. Bajo su dirección, GRASSY entra en una etapa de desarrollo y expansión económica. Se abren nuevos mercados con la representación exclusiva de marcas  importantísimas del momento, como Piaget y  Rolex . Jirka supo continuar la labor de su suegro, no solamente conservando el museo, sino también añadiendo ejemplares a esta colección. Foto: Jirka Reznak (1924-2020)

5-bis_Patricia Reznak con May Ruiz, durante una visita al Museo
GRASSY en la actualidad

En la actualidad, son los nietos Yann Reznak y Patricia Reznak quienes dirigen la empresa con el espíritu creativo y la sensibilidad para captar y promover nuevas vías de expresión artística. 

Patricia Reznak con May Ruiz
durante una visita al museo.

EL EDIFICIO

    La esquina donde se sitúa la joyería es probablemente la esquina más fotografiada de Madrid y más conocida, gracias a la labor del famoso pintor Antonio López que la reflejó en sus cuadros, a lo largo de una serie que inició en 1975. 

Gran Vía 1. Óleo de Antonio López
1976. Colección privada

6_Gran Vía 1. Oleo de Antonio Lopez. 1976. Coleccion privada
   

    El edificio fue diseñado por el arquitecto español Eladio Laredo y Carranza en 1916, sobre un solar en forma de V cuyo vértice ocupa hoy GRASSY Se compone de dos casas independientes ambas unidas por un  pasadizo  con patio, ubicado en la planta baja.
    El arquitecto crea una fachada donde se mezclan la decoración modernista con aires afrancesados, alternado cuerpos retranqueados y avanzados en un juego plástico que se acentúa por el amplio desarrollo de las balaustradas de los balcones y templetes superpuestos. Un sinfín de figuras escultóricas y  alicatados de cerámica, de Daniel Zuloaga completan la decoración.

Plano de la fachada de Gran Vía, 1
 Arquitecto E. Laredo y Carranza. 1916

7-_Edificio-Grassy

    Grassy-fachada-1-RET

En 1953 Alexandre Grassy pidió al arquitecto Manuel Ambrós que realizara una reforma. Ambrós cambió el aspecto de la fachada y diseñó la gran marquesina que convierte al edificio en la proa de un barco.

 

 

LAS SALAS 

    Una escalera adornada con una barandilla de latón dorado nos invita a bajar al espacio museístico hasta acceder a  un distribuidor del que parten 3 espacios: una planta circular hacia el frente y dos salas rectangulares en los laterales, creando un espacio expositivo  con un diseño muy limpio y funcional donde alternan hornacinas rectangulares y de medio punto que acogen los diferentes relojes, con un juego de luces indirectas que realzan la belleza de cada pieza y amueblada con algunas mesas donde se disponen relojes.

9-Sala-Grassy-1

La amplia sala circular  está cubierta de una cúpula de escayola con moldurada dorada y el suelo presenta una estrella de 12 puntas, en tono ocre, alusivo a las 12 horas y los 12 signos del zodiaco. Aquí las hornacinas son de gran tamaño y en ellas se han dispuesto muebles de estilo donde reposan las piezas de mayor tamaño.

10-Sala-Grassy-2

De la misma autora:
“El Palacio del Tiempo” Museo de Relojes de Jerez

LA AUTORA
    Retrato-de-May-Ruiz_Troncoso-BN_2May Ruiz Troncoso
nace en Jerez de la Frontera (Cádiz, 1957). Se licencia en Historia del Arte en la Universidad de Sevilla y durante varios años trabaja para el Ayuntamiento de Jerez, inventariando el Patrimonio Artístico de la ciudad. Conoce a fondo todo el entorno artístico, por haberlo fotografiado y estudiado.
    Desde ese ámbito local le pidieron explicar los monumentos a los grupos  que visitaban la ciudad. Y en una de esas acogidas, incluyeron el Museo de Relojes de RUMASA. Al entrar, se enamoró del museo y decidió estudiarlo.
    May Ruiz es bibliotecaria y como tal, dirige la Biblioteca del Campus de Puerto Real en la Universidad de Cádiz, compaginando esta actividad con la investigación. 
    Ha impartido cursos de biblioteconomía y técnicas de búsqueda de información, y organizado y coordinado muchas actividades en torno a la paz y a la responsabilidad social, dentro y fuera de la universidad, estando muy comprometida con las causas sociales. Todos los beneficios de esta publicación están dedicados a becas de estudio. Este libro, basado en su tesis de Licenciatura,  es el fruto de años de estudio